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"Que la gota está en el océano, todos lo saben. Que el océano está en la gota, muchísimos lo ignoran".
Kabir. Místico Sufi.

viernes, 17 de junio de 2011

SER ÚTIL Y ESTAR AL SERVICIO

Para mi el sentido de la educación, su propósito, su finalidad es SERVIR.

Sí, servir tanto de “realizar un servicio”,como de “ser de utilidad”.Creo firmemente que, desde el punto de vista del docente, la postura ha de ser de servicio (¿acaso olvidamos que nuestra profesión queda enmarcada en el tercer sector productivo?).

Pero, al margen de estar etiquetados como “sector servicios”, es que nuestra misión es el servicio. Servimos de guía al alumnado, somos “lazarillos” de chicos y chicas, buscando entre tanta información el conocimiento (y ayudándoles a transitar desde el mar salvaje de la información a la nube de conocimiento fiable, con habilidad y personalidad propias).

Para el servicio debemos ser humildes y reconocer que no lo sabemos todo y para ser de utilidad debemos ser flexibles y abiertos/as a aprender continuamente. Para el servicio y la utilidad de nuestro propósito tendremos que reconocer que la tarea del día a día no nos permite a los docentes acomodarnos, sino que es una labor viva, como vivo está nuestro alumnado, sus padres y madres, nuestros compañeros y compañeras y la sociedad a la que servimos como colectivo.

Observando los resultados...¿qué propósito ha cumplido una educación que no ha ayudado a la persona a desarrollar sus dones y no le ha permitido disfrutar enriqueciéndose y enriqueciendo a los demás con sus aportaciones?. Creo que la vocación de servicio y el deseo de superación deberían ser criterios para la selección del profesorado.

Educar implica movimiento y transformación, de algún modo es impulsar... y, como toda energía circulante en nuestro planeta, también tiene su ciclo y por eso, porque es algo vivo e inter-conectado, se hace tan difícil su control. El debate, para mí, está en una reflexión profunda sobre su proceso:

De niño, se observan modelos, viven experiencias, reciben enseñanzas,se copia...

De adolescente/joven se rompen moldes, se contesta, se inventa, se busca un lugar, se experimenta,...

De adultos se recapitula, se mantiene y se educa según el propio modelo...

De anciano se condensa lo aprendido, se busca lo esencial, se transmite lo básico...

Es un ciclo, un proceso que sigue unos estadios pero que fluye en todas direcciones: desde los iguales hasta los abuelos y atravesados por todo lo mediático. El acierto está relativizado por el punto de mira: niña/o, docente, familia,...

Hay que empezar en todos los frentes posibles pero, lo que está claro es que deberíamos incidir en la formación del profesorado de manera urgente, ¡ya!. Esto no quiere decir que no se estén haciendo cosas pero, como en el cole, se hace más bien de forma puntual/individual, dependiendo más de la voluntad de cada cual. Yo me refiero aquí, a una actuación institucional, desde los programas de formación.

Creo que la primera “desilusión” que viví respecto a la realidad de mi futuro como maestra, se produjo al ver cómo una compañera (solitaria, incomunicativa, individualista,...) obtenía lo que se llamaba “acceso directo” a la función pública, o sea, trabajo sin necesidad de opositar (conste que no estoy defendiendo el sistema de oposiciones). Una excelente alumna, a juzgar por sus resultados académicos pero ¿qué clase de maestra?.Yo no tenía ni idea de cómo pensaba esta compañera, ni siquiera había oído su voz; no tuve con ella ningún intercambio, iba y venía carente de relaciones, recuerdo que pensé: ¿cómo va a dar sus clases?. Corrían tiempos de movida universitaria y debate, también, sobre educación...las experiencias de summerhill y de Paulo Freire...queríamos cambiar, poner en práctica nuevos métodos y aportar experiencias innovadoras.

Ya se sabe lo fácil que es lamentarse, mirar al pasado y echar culpas. Yo voy a sugerir algo que seguramente no se lleve a cabo, aunque pienso que sería viable si se quisiese hacer. Este algo consiste en una propuesta de diseño y enfoque de las prácticas a lo largo de la carrera de magisterio con protagonismo ascendente en cuanto a tiempo dedicado e implicación del alumnado y que tiene la forma que sigue:

Primer curso: Durante una semana del último trimestre el/la alumno/a asistirá a un aula de primaria, donde realizará tareas de apoyo al/la maestro/a tutor/a y elaborará un trabajo de reflexión basado en la observación y experiencias vividas.

Segundo curso: El/la alumno/a, durante quince días del tercer trimestre, además de apoyar la actividad del aula (como el primer curso), llevará programadas actividades (dos o tres, en función de su complejidad y duración), que habrá comunicado previamente al docente para su concimiento y que realizará conjuntamente con éste y las evaluará.

Tercer curso: El/la alumno/a, llevará a cabo, durante un mes (del segundo o tercer trimestre), un proyecto junto con el/la maestro/a tutor/a, y previamente elaborado por el/la primero/a, en el que desarrollará distintos aspectos y elementos del currículum, contemplando, finalmente la evaluación del proyeto por parte de todos los actores.

Cuarto curso: El papel de “apoyo” será desempeñado por el docente durante dos meses del primer trimestre, mientras el/la estudiante de magisterio será quien conduzca la vida del aula con el desarrollo de un proyecto propio orientado al desarrollo de habilidades y competencias del alumnado con las TIC.

Pienso que con esta propuesta de “prácticas” se paliarían otras carencias como el apoyo educativo en el aula, pero sobre todo se orienta hacia lo que comencé señalando que para mí es el propósito de educar: el hecho de servir; y a ello, como a todo, se aprende haciéndolo.

Maria José Hernández Portales. Maestra de Primaria.